CAPITULO 1-UNA HERMOSA SONRISA

Recuerdo perfectamente el día que le conocí, justamente era el día de mi cumpleaños número dieciocho, además de ser el inicio de curso. Marina y paula me habían llevado a comer pizza antes del cole para celebrarme, después de eso nos pusimos los uniformes en los baños del mall, cuando las vi con el uniforme puesto después de tantos meses, sentí alegría y miedo.
   Decidimos llegar una hora antes para revisar nuestros horarios y aulas asignadas.
 - ¡Pero que mierda! ¿ya han visto?
 - ¿Qué?
 - Que los jodidos de la administración nos han agregado una hora, como si no fuera bastante entrar a las dos, ahora tengo que entrar a la una diez los martes y jueves.
 - ¿En serio?- Paula observa su horario y sonríe-, pues nosotras no tenemos ningún día a esa hora.
 - ¡Que putada!, pero bueno al menos los lunes entro hasta las cuatro cuarenta, justo después del receso.
 - Nosotras a las tres cuarenta, oye mira nuestros salones están uno a lado del otro de nuevo.
 - Si vosotras en el trece y yo en el doce ¿Les parece si nos vemos en un rato? quiero ir a saludar a Aurora.
 -Vale, nos vemos en un rato.
 - Vale.
   Bajamos juntos los escalones del vestibulo, ellas se fueron a sentar en los escalones del auditorio, en cambio yo me fui a saludar a Aurora, estaba sentada en la banca fuera del salón junto con Alejandro, Naye, cerca se encontraban Josefina y Doris. Llegué por detrás y abrase a Aurora, se giró y me correspondió el abraso.
 - ¡Felicidades!
 - Gracias, los extrañé un montón.
   Abre su bolsa y saca un paquete de chocolates mentolados y una carta.
 - Feliz cumpleaños!
 -Si estoy feliz por verlos de nuevo, mas no mucho por cumplir los dieciocho, ya sabéis que si por mi fuese permanecería menor eternamente.
   Estuvimos platicando un poco todos, de mi cumple, del regreso a clases y de las materias que nos impartirían. Teníamos mucha curiosidad por dos materias, filosofía y estética.
   Nos dimos cuenta que el que nos impartiría filosofía sería el profesor Manuel Velazquez, así que asumimos que veríamos de todo menos filosofía.
   A la primera clase tuvimos literatura española con el profesor Carlos Hugo, uno de mi favoritos por cierto, llego algo tarde así que solo vimos el sistema de valuación de la parcial y nos dejo la primera tarea. La clase siguiente fue la de estética, asignatura a cargo del profesor Andrés Ventura, entró cerró la puerta y saludó a la clase.
   Recuerdo perfectamente que lo primero que pensé al verlo es que tenia unos ojos maravillosos además de una linda sonrisa, lo segundo que pensé es que si fuese a tener un romance con un profesor me gustaría mucho que fuese con el, y en lo tercero que pensé fue en que esas cosas no pasan en el mundo real, que se dan solo en películas y novelas.
   Nos explicó tres conceptos fundamentales para su materia: “estética, belleza y arte“, después nos proyectó una imagen de El Parasol de Monet y nos dejó escribir un ensayo para firma de clase. Además de eso nos pidió que algunos participáramos leyéndolo.

Varios levantamos la mano, pero solo escojio  a dos tías y dos tíos, entre ellos yo, por alguna razón sentí que nos ponía más atención a los tíos que a las tías, además de que le ponía más atención a Quino que a mi, seguramente por ser un tío mucho mas majo que yo. Por que para ese entonces mi radar ya me había dicho que era gay, pero parecía no darme importancia.
   Eso hasta que llegué a casa, por que sin darme cuenta estaba haciendo todo lo contrario a lo que hacia todos los días, en ves de irme al ordenador me tire a la cama a hacer la tarea que nos había dejado, algo simple, solo nos pidió escribir la relación entre los tres conceptos explicados en clase. Me esforcé mucho para hacerlo bien e intentar impresionarlo, fue cuando me pregunté el por que de mi conducta, así que me horroricé con la idea que me molara de esa forma, pues al fin y a cabo solo era mi profe y nada más.
 -¡Pero que tonto!- reí quedamente- esas cosas no pasan.